Hoy me he encontrado con una noticia muy desagradable cuando me he puesto a revisar lo acontecido en el mundo: Esbjorn Svensson, muerto a los 44 años en un accidente de buceo.
La reacción inmediata de mucha gente es “¿quién?”, así que no puedo compartir mi pena con prácticamente nadie, aparte de algún que otro amigo que sí puede llegar a entenderlo, de ahí que me apetezca escribir un post antes de que avance más el día y se me adormezca el sentimiento.
Esbjorn Svensson era el pianista y líder de E.S.T., el Esbjorn Svensson Trio. Esencialmente, mi músico favorito que, en los tiempos que corren en los que el cine está de capa caída y que las artes plásticas en general viven más de muertos que de vivos, es como decir que era uno de mis referentes artísticos contemporáneos fundamentales.
No recuerdo muy bien como conocí al estos músicos. Hará quizá cinco o seis años escuché “Seven days of falling” y poco me costó darme cuenta de su genialidad. Pensé que quizá luego sólo fuera un gusto pasajero, que con el tiempo se disipara, pero no fue así. A medida que ha pasado el tiempo me han ido gustando más y más, he ido conociendo sus grabaciones, buscando fechas de conciertos en España y dándome cuenta de que prácticamente todo aquel que lo escuchaba acaba por apreciarlo y respetarlo. No sólo era una impresión mía: están considerados como uno de los grandes nombres del jazz internacional a pesar de su procedencia europea (que a los americanos le cuesta más escuchar).
Tuve el privilegio de escucharlos en Madrid, en el Centro Cultural de la Villa, el 25 de Noviembre del año pasado y esto sólo hizo confirmar mi devoción por su hacer artístico. En el mundo de la cultura en lata, es en un concierto en vivo cuando un músico demuestra lo que vale donde marca las diferencias con la mediocridad reinante.
(Aquí podría enlazar con la estafa que sufrimos, cuando la organización para cerrar el festival decidió que E.S.T. tocaba medio concierto y nos encasquetó una lamentable actuación en la segunda parte del concierto. Digo lamentable con fundamento, porque tanto mis acompañantes como yo nos dimos cuenta de que era una vergüenza sin llegar a comentarlo mientras aguantábamos estoicamente el despropósito, y postrauma nos dimos cuenta de que coincidíamos en la opinión; teníamos que habernos ido, como hizo parte del público… en fin, me enciendo de ira cuando veo derrochar dinero público con tanta desvergüenza. Gracias a tan generoso organizadores me quedaré para siempre con la hora y media que los dejaron tocar. La otra hora que correspondía ahora la tendré que soñar. Pero bueno, que me voy de tema.)
Lo increíble es que me ha afectado su desaparición más de lo que esperaba. Ya andaba pensando cuando sería la próxima ocasión en la que pudiera disfrutar de su música en directo, de sus discos, en cómo podría evolucionar su estilo… y ahora, pues nada. Tendré ahora que buscar otro músico de jazz cuya música me mueva sentimientos a la misma profundidad que éste.
Los que nunca lo hayáis escuchado, a pesar de que ya nunca podamos volver a disfrutar de su música en directo, os recomiendo que os hagáis con sus grabaciones y que juzguéis por vosotros mismos.
Os dejo con un vídeo grabado en el concierto al que fui.